El dolor constante en las articulaciones es el principal síntoma de la artrosis, ya que los mecanismos
que unen nuestros huesos se degeneran. Esta afección puede afectar a varias articulaciones, como
las rodillas o los codos, aunque también podemos encontrarla en la columna vertebral. En el último
caso, cuando son las articulaciones que unen las vértebras las que se han deteriorado, los síntomas
pueden conllevar también la pérdida de altura.
La artrosis también puede ir acompañada de la debilitación de los huesos, ya que los afectados
sufren también una pérdida de masa ósea. Algo que, con el tiempo y si no se trata, puede llevar al
paciente a sufrir osteoporosis. Según varios estudios, la artrosis es causada por varios factores que
se van acumulando, como las malas posturas, los golpes o traumas que se pueden sufrir durante
caídas, practicando deporte o en un accidente, y también el sobrepeso o la falta de ejercicio.
Normalmente la artrosis se reconoce por los fallos y la disminución del movimiento en el
mecanismo de las articulaciones. Cuando este mal funcionamiento de la articulación empieza a
afectar al tejido, es cuando se empieza a notar. Ya que el deterioro acostumbra a ser lento, es
habitual que las personas no se percaten de que la sufren hasta que es muy evidente. Por ejemplo,
cuando un mal gesto o un golpe provoca una inflamación de la zona afectada, y desencadena una
reacción mayor a la esperada.
Este tipo de afecciones pueden afectar al día a día de las personas, ya que perder movilidad y sufrir
dolor en articulaciones tan importantes como la rodilla o la columna, puede coartar la vida
cotidiana. Los profesionales de nuestro centro ofrecen tratamientos para paliar el dolor y la
inflamación iniciales. Las sesiones proceden después a identificar cuál es la afectación de la
articulación en cuestión.
Un tratamiento quiropráctico adecuado puede contribuir a frenar la evolución de la artrosis, y a
prevenir los dolores agudos, trabajando con los sistemas muscular, esquelético y nervioso, para
volver a equilibrar la articulación afectada. Con sesiones continuadas de tratamiento quiropráctico,
el paciente puede incluso recuperar gran parte del movimiento de la articulación, contribuyendo de
gran manera a su bienestar.
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