El equilibrio es una de las propiedades de nuestro cuerpo a la que no acostumbramos a prestar atención, ya que en la mayoría de casos lo damos por sentado, pero si se llega a dar el caso de una pérdida recurrente del equilibrio, puede llegar a afectar de forma muy acusada a nuestro bienestar y a nuestra vida cotidiana, ya que sin equilibrio se pueden sufrir caídas severas que conlleven consecuencias físicas considerables.
En este tipo de casos, la medicina convencional no puede hacer mucho más que tratar las consecuencias de cada caída y paliar el dolor que puedan haber provocado con medicamentos. Pero desde la quiropráctica se plantea el tratamiento de la salud de una forma completamente distinta a la de la medicina convencional. Nuestros profesionales analizan la salud de cada paciente de forma general, evaluando todo el cuerpo y el sistema nervioso, y buscando las causas de cada dolencia para tratarla de raíz e intentar buscar soluciones permanentes para cada paciente.
La quiropráctica pretende activar el sistema afectado para que sea el mismo cuerpo quien solucione el problema de raíz y sea capaz de generar una respuesta adecuada por si se repite la dolencia en cuestión, sin recetar medicamentos que tengan sólo efectos «parche» para cada síntoma o consecuencia de dicho problema.
Las pérdidas de equilibrio constantes pueden deberse a un fallo en la comunicación entre nuestro cerebro y el resto del cuerpo, que habitualmente se produce de forma inmediata a través del sistema nervioso. La edad o algún tipo de deterioro en nuestro sistema de comunicación interno puede ser la causa de estos fallos. Si estos «problemas de comunicación» se producen cuando el equilibro es más necesario, ya sea al subir o bajar escaleras, al caminar por suelos poco regulares o al pasar por pasos estrechos, las consecuencias podrían llegar a ser muy graves o incluso fatales.
Con un tratamiento quiropráctico adecuado, que determinarán nuestros profesionales después de un análisis exhaustivo de cada caso particular, se puede mejorar la respuesta de nuestro cuerpo a las órdenes del cerebro y recuperar el equilibrio perdido o reforzarlo. Tratar nuestro sistema nervioso para reactivarlo y conseguir una respuesta más rápida del cuerpo, puede tener consecuencias muy positivas para nuestro bienestar y facilitarnos el día a día, sobretodo en los casos de personas mayores que han perdido movilidad y velocidad de respuesta, evitando que la pérdida de equilibrio les afecte de forma más permanente provocando caídas peligrosas.
Este tipo de tratamiento, pero, no está sólo indicado para personas de edad avanzada, sino que también puede resultar beneficioso a deportistas o a cualquier persona que pueda hacer su vida cotidiana más fácil mejorando la capacidad de respuesta de su cuerpo.
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