No hay que olvidar nunca que los síntomas son la simple expresión de un disfuncionamiento del cuerpo. A menudo los síntomas son desagradables y dolorosos, pero siempre son saludables porque ayudan el cuerpo a luchar contra un disfuncionamiento, o a avisarnos de que algo va mal.
La quiropráctica no trata enfermedades ni síntomas, pero con el cuidado quiropráctico mejoramos el funcionamiento de la columna vertebral y del sistema nervioso, lo que tiene por consecuencia de recuperar y optimizar la propia capacidad de auto-recuperación del cuerpo y así permitir a los pacientes de notar mejorías a nivel físico y emocional.
Muchos pacientes empiezan su cuidado quiropráctico con síntomas y dolores, pero pronto descubren que la quiropráctica los puede ayudar mucho más, y permitir tener un funcionamiento optimo del cuerpo y asi maximizar su salud y calidad de vida.